1. El envejecimiento en el sentido actual, a pesar de todo lo escrito y del sinfín de referencias al respecto, es un hecho absolutamente novedoso debido a que nos encontramos en un escenario de longevidad por el cual la humanidad jamás ha transitado.

2. Toda la problemática relacionada con este tema muestra como ninguna un profundo desajuste ya que pone al descubierto la incapacidad sistémica para integrar a un grupo de población muy numeroso, al cual aquél es incapaz de otorgar una función y utilidad, excepto la del ocio. La apelación a los recursos individuales como forma de otorgar un sentido a esta etapa de la existencia no es más que una añagaza que oculta el verdadero problema. el carácter residual del colectivo de mayores.

3. La posmodernidad, desencantada de los «grandes relatos» (Lyotard) ha venido a acentuar la importancia del Sujeto sobre la base de una concepción narcisista del mismo, haciendo especialmente hincapié en el Consumo como forma de calmar la ansiedad existencial del Ser Humano.

4. El desarrollo de la Ciencia y de la Tecnología actual con su capacidad de ampliación de los límites de la vida emerge como una visión prometeica característica de una sociedad secular. El problema descansa en que la vida más allá del alargamiento biológico necesita narrativa y esto significa dotar de sentido a la misma. Expulsado por la puerta el idealismo como expresión de la vida en beneficio de un materialismo cientifista que entroniza la capacidad de manipulación de la vida humana, se nos cuela por la ventana la necesidad de imbuirnos de nuevos valores y dar sentido a la existencia, de cuya ausencia, el incremento de las patologías mentales constituye el mejor indicador de esta necesidad.